jueves, 20 de marzo de 2014

Si buscamos éxito en el modelo educativo, miremos a Singapur

Compartimos con vosotros este interesantes artículo publicado en "Bancopopular-e.com":
En mitad del debate sobre la educación en España, con otra reforma legislativa encima de la mesa, conviene ampliar horizontes y mirar lo que hay más allá del entorno europeo. Y un caso destaca sobre todos los demás: el de Singapur, que se ha convertido en un referente internacional, logrando posicionarse en los puestos de cabeza del ya conocido informe PISA.
Las dos patas sobre las que se sustenta su exitoso modelo son la exigencia y la valoración, tanto del profesorado como de los alumnos. El país asiático apuesta por sus escolares con más talento y de entre ellos escoge a la siguiente generación de profesores, que entran en la nómina del Instituto Nacional de Educación desde que inician la fase de formación específica para dar clases.
Pero tal y como explicaba en una reciente entrevista en el blog ‘Gigantes de la Educación’ el responsable de dicho centro, Oon-Seng Tan, hay otra clave imprescindible para entender el funcionamiento de ese sistema: la innovación, entendida como adaptación a un mundo cambiante. Esto abarca desde los idiomas –en Singapur se incluye la opción de estudiar español en respuesta al auge de Latinoamérica– hasta la tecnología, con un uso intensivo por parte del profesorado de las herramientas más avanzadas.
Otro factor diferencial de su modelo es el trabajo a favor de la cohesión social: Singapur se compone principalmente de chinos, europeos, indios y malayos, y las clases reflejan esa diversidad, ofreciendo opciones formativas en los diversos idiomas. “En Singapur existe mucho respeto por otras culturas”, señalaba en ese reportaje una profesora española que trabaja en el país.
Sin embargo, también hay problemas. Uno de los más importantes es saber cómo gestionar los altos niveles de exigencia académica sin que esa presión afecte a los alumnos. En realidad es una preocupación extendida en los modelos asiáticos, con el caso de Corea del Sur como el paradigma de la dureza escolar.
Así mismo, se reconocen carencias, sobre todo de fomento de la creatividad. Las autoridades de Singapur están intentando ofrecer alternativas: cambiar un modelo de aprendizaje de conocimientos por uno que apueste por la capacidad de resolución de conflictos y de procesamiento de la información.
Lograr un alumnado muy preparado pero con herramientas mentales para afrontar situaciones nuevas es el reto común a todos los países; Singapur demuestra que es posible conseguirlo. ¿Podemos los demás hacer lo mismo?

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